Isla de Cristal Lake - Grecia

por **Lyon** Vie Jun 07, 2013 6:06 pm

**Lyon salió de su lugar de origen entrenado en el arte de la guerra por su orden, los Ninjas Blancos. Ellos le enseñaron todos los movimientos que un Ninja debe tener para salir airoso de todos los obstáculos que podían originarse en todas sus acciones. Aun así y con la preparación física y psíquica que debía tener un verdadero guerrero, el joven chico no cesó en su empeño de lograr ser un guerrero especial y letal.

Esta ambición que tenía Lyon lo llevo a una pequeña isla al noroeste de la Isla de Milos en Grecia, allí comenzó su andadura cuando conoció a un misterioso guerrero que perfiló y pulió el diamante que tenía ante sus narices. Durante varios meses, ambos estuvieron meditando y entrenado una serie de golpes que desafiaban todas las barreras de la normalidad. Lyon consiguió dominar aún más su poder mental haciendo verdaderos méritos para controlar las fuerzas de la naturaleza de manera prodigiosa y adquiriendo conocimientos que salían de su inseparable libro.

Cierto día, abriendo las páginas del mismo, Lyon pudo observar cómo se dibujaban una serie de movimientos que no había visto jamás. En ellos se mostraba a un ser de forma humanoide, el cual alzaba sus brazos y después de aspirar lo que parecían unas corrientes de energías que venían de la naturaleza, conseguía crear un escudo brillante como el cristal que rodeaba toda la isla y así protegerse de toda clase de adversidades. Lyon aprendió rápidamente esos movimientos y los repitió una y otra vez en su cabeza mientras meditaba, mientras dormía y mientras andaba. El misterioso ser que lo estaba adiestrando sin mediar palabra ninguna desde que se vieron, sonreía al ver como el joven repetía una secuencia que podría haber visto en la antigüedad. Al intentar repetirla cientos de veces, hubo una que lo marcó toda la vida… aquella vez consiguió aumentar su cosmos al máximo y canalizar toda su energía en sus brazos, el misterioso maestro le lanzo unas lanzas que lo atravesarían y en ese mismo instante una corriente recorrió la atmósfera y se concentró allí mismo. En ese instante, Lyon cerró sus ojos esperando que alguna de esas lanzas lo ensartara como un trofeo pero cuando los volvió a abrir se quedó completamente perplejo al ver que una enorme barrera de cristal se encontraba entre esas lanzas y él rompiéndose en mil pedazos.

Todavía con esa sensación de adrenalina, Lyon miró su moneda y viendo el carnero que había dibujado en la misma, no tuvo otra idea que agachar su cabeza, apretó sus músculos del cuello y se lanzó como un rayo a partir por la mitad a su maestro. Este último abrió los ojos como si se fueran a salir de las orbitas y sin poder hacer nada, recibió un enorme cabezazo en el pecho que lo expulsó enérgicamente contra uno de los árboles que rodeaban la escena. El sonido del golpe fue brutal y una bandada de pájaros salió de las copas de los mismos para nublar el cielo con sus alas y plumajes. En ese instante Lyon se desmayó y así pasaron varios días.

En la mañana que despertó, Lyon se reincorporó en su lecho y observó que estaba solo en esa isla. Después de salir a buscar a su misterioso compañero y no obtener señales de vida en aquella porción de tierra, decidió mirar en su libro a ver que le decía este. Cuando lo volvió a abrir el dibujo de la figura humana no estaba… en su lugar encontró dos nombres que estaban escritos en una lengua extraña como lo extraño que fue la presencia de aquel personaje de aquella isla. Barrera de Cristal y Embestida del Carnero. Lyon grabó esas palabras en su mente y siguió con su entrenamiento extremo como si no recordara nada de lo que allí había ocurrido.**