Coliseo Romano - Roma - Italia - Europa

Cuando Itsuka partió, miro el mapa que le dio su primer maestro, y este lo conducía a su siguiente destino, que era extrañamente el Coliseo Romano.  El joven asombrado, pero a la vez dudoso, se va sin más. Pasaron semanas, desde que el joven comenzó su viaje hacia el coliseo, a punto de que se le acaben las provisiones, el joven pregunta a la gente que pasaba junto a él: Hola, una pregunta, ¿ustedes saben dónde queda el Coliseo Romano? A lo cual ellos le responden: queda allí en la llanura que se ve cruzando este rio. Itsuka da las gracias y sigue su camino

 

Su collar comenzó a brillar, y halar a Itsuka hacia el cosmos extraño. Shido se deja llevar por su collar, notando que su brillo era más intenso a medida que se acercaba a este extraño cosmos. El collar lo llevo a un cuarto de espejos, cuya forma empezó a cambiar y tomar la apariencia de un hombre. Itsuka se pregunta:¿Qué es esto? Cuando de repente estos “hombres de vidrio” comenzaron a decir: El camino correcto debes tomar, si pierdes el rumbo, tú vas a fallar. Comenzaron a examinarlo, y el joven quedó en trance. Pasaron horas y esta prueba terminó, y los  hombres le dicen: Honesto es tu camino, y no hay maldad consigo. Lo dejaron seguir y el joven llegó al final de la cueva, y no vio a nadie, así que se quedó esperando a ver si alguien aparecía, paso un tiempo y un señor extraño apareció, dijo: me llamo “Leonardo Da Vinci”, tu entrenarás conmigo, a lo cual Itsuka acepta e inician. La primera prueba era derrotar una especie de sombras u hologramas. El joven aceptó y pasó meses combatiendo contra ellas  cuando ya iba a derrotar la última Leonardo le dice: ponte en paz y así lo derrotaras. El joven lo entiende y así logra derrotarlo. La prueba final era derrotar al maestro en un combate, el chico entusiasmado aceptó, y en unos meses logró derrotarlo haciéndole suficiente daño como para que él se rindiera. El maestro le dijo que debería seguir su camino, se despidió de Itsuka y este se fue alegre.