Templo Shaolin - Nepal

por **Kay** Jue Jun 06, 2013 10:41 pm

El Templo Shaolin del Nepal era un sitio donde se cuenta, que el propio Buda pasó muchos años de su vida, perfeccionando y alcanzando el grado máximo de control sobre su mente y espíritu. Los monjes que allí habitan siguen una disciplina férrea, y un proceso de aprendizaje, del que muchos, no están preparados. Kay ingresó en el Templo al poco de abandonar su pueblo natal, como todos los aspirantes tuvo que pasar varios meses de entrenamientos, día y noche, con calor y frío, con lluvia, granizo, y tormentas, sin desfallecer, aprovechando el tiempo al máximo. Pasado el período de aclimatación, pasaban a la siguiente etapa, la más dura, aquella que decidía si uno era apto para continuar, o no. Tras unas pequeñas nociones de la primera técnica ofensiva que aprenden, el Aum, pasan a la Cascada de la Sabiduría, el duro castigo al que son sometidos para saber si realmente, son capaces del alcanzar un grado máximo en su concentración, sólo así son capaces de afrontar las siguientes etapas, más duras y dificultosas. Kay no solo consiguió pasar la prueba con creces, en esos días fué capaz de conectar con su Karma, allí mismo le fué revelado su verdadero espíritu, él era la reencarnación de Buda. Con el paso de los años, y fruto de la excelente meditación de Kay, éste es capaz de alcanzar una precisión absoluta al lanzar el Aum impactando de lleno en su adversario que no es capaz de verlo por su extraordinaria velocidad.

Tras varios e intensos meses de entrenamientos fué instruido en la técnica defensiva más poderosa de los Shaolines, el Khan. Una barrera energética que convierte a su ejecutor en intocable, es una técnica que en sus primeros pasos solo es capaz de repeler el ataque sin más, pero que en estados avanzados puede devolver parte del ataque, e incluso devolverlo aumentado. Kay adquirió el conocimiento absoluto de esta técnica cuando fué introducido en un volcán, en el interior rodeado de lava, el más mínimo error en la ejecución significaba la muerte. Una vez que salió airoso liberó la energía acumulado secando el volcán en el acto. Los monjes comprendieron que Kay era la personificación terrenal del Gran Maestro Buda.